Hasta antes del día ayer habíamos escuchado que el acceso a la vacunas contra el Covid-19 sería libre, gratuito y universal para todos los peruanos y que nadie estaría en desventaja para poder acceder a ellas, eso era lo que hasta antes de ayer sabíamos y de lo que podíamos estar seguros, sin embargo, y como lo dijimos días antes, el gobierno siempre está en capacidad de sorprendernos y cuando pensamos que ya lo hemos visto y escuchado todo, siempre habrá la posibilidad de que nos enfrentemos a una noticia nueva, y así fue.
El día de ayer mediante un decreto supremo se autorizó a que empresas privadas dedicadas al rubro de los medicamentos y la salud puedan adquirir y comercializar las vacunas contra el Covid-19, lo cual genera muchas preguntas y abre nuevamente las brechas ya existentes en relación al acceso de los peruanos a la salud.
Por lo visto quienes dispongan de dinero podrán vacunarse antes sin ningún problema, nos referimos a los sectores más privilegiados económicamente, después sálvese quien pueda a esperar las vacunas del gobierno cuyo primer lote ya asegurado para el personal de salud se acabará el primer trimestre de este año, después de ese primer medio millón de peruanos, el resto o sea 32.5 millones no tiene la menor idea de cuándo será vacunado, entonces la ineptitud del gobierno le abre el camino a las empresas privadas, las cuales podrán lucrar con la salud, tal como lo hicieron con las pruebas rápidas, las camas UCI, los medicamentos y el oxígeno.
Lamentablemente el gobierno, sea cual fuere, de Vizcarra, Merino o Sagasti, es un aparato incapaz de poder resolver los problemas más urgentes de sus ciudadanos, salud y educación, y que las olas que vengan del Covid-19 nos cogerán igual de desprotegidos y desprevenidos que la primera vez, y mejor ni nos pongamos a hablar de las tablets porque la cosa se pone peor y hasta dan ganas de llorar.