El día de ayer se dio inició a la campaña de vacunación promovida por el gobierno luego de alertarse la presencia de casos de difteria, una enfermedad que no se reportaba en nuestro país hace 20 años y que ha producido hasta la fecha dos muertes. Aunque inicialmente esta enfermedad se detectó en Lima, en el distrito de La Victoria, ahora está por confirmarse un caso positivo en la ciudad de Arequipa. Mañana se tendrán los resultados de las pruebas tomadas a este caso sospechoso.
Entonces, el gobierno decidió tomar cartas en el asunto y promocionó una gran campaña de vacunación, pero como siempre, no organizamos bien las cosas, no comunicamos adecuadamente las estrategias y las consecuencias las pudimos apreciar en las inmensas colas que se generaron en algunos distritos de Lima, produciéndose aglomeraciones que obviamente constituyen focos de transmisión del Covid-19.
El Estado en este tiempo ha demostrado su falta de tino al momento de querer ofrecer soluciones, basta con recordar las aglomeraciones que se generaron con la entrega de los bonos de apoyo para las personas en situación de pobreza, ni que decir de las medidas de confinamiento como los días para varones y mujeres que generaron mayores concentraciones de gente.
Luego de lo sucedido ayer la ministra de Salud indicó que se cambiará la estrategia y que viene coordinando con las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional para vacunar a los adultos contra diversas enfermedades también por las noches y como de costumbre pidió calma a la población, cuando pudo haber tomado previsiones y evitar los sucedido.
En Cusco la situación no fue diferente y hubo muchas quejas por el desorden y la confusión que se generó. Lamentablemente en vez de generar soluciones, lo único que se logra son mayores problemas y riesgos para la población.