Ya quedó todo claro, ya sabemos como se manejaron y aplicaron las 2,000 vacunas extras de Sinopharm, no solamente fueron altos funcionarios del gobierno, sino que junto a ellos se vacunaron a sus esposas, cuñados, hijos, sobrinos, suegras, secretarias, asesores, personal de seguridad y choferes; evidenciándose así uno de los hechos más vergonzosos de nuestra historia contemporánea, algo que se contará como uno de los capítulos más horribles de como se traicionó a los médicos y al personal de salud que iba muriendo a causa del Covid-19.
La pregunta que nos hacemos todos, es qué pasará ahora, ¿habrá sanción efectiva para los responsables de esta felonía?, eso es lo que ahora queremos saber, pues estamos acostumbrados a que tras los grandes escándalos y revelaciones, los grandes culpables suelen gozar del manto de la impunidad.
Esperemos que a la brevedad posible todas aquellas personas que se aprovecharon de sus cargos públicos sean sancionadas de manera efectiva, porque hagamos lo que hagamos, estas personas ya están vacunadas y no hay forma de revertir esta situación, así como tampoco hay forma de revertir todas las vidas que se perdieron.
Por otro lado, para quienes creyeron que esta pandemia iba a cambiarnos como sociedad, iba a transformarnos y hacernos más solidarios, pues se han equivocado, ha quedado demostrado una vez más que el poder es una herramienta que se usa para beneficio personal y no para la búsqueda del bienestar común, así que olvidémonos de discursos vacíos y frases pre hechas pues cuando en un año o dos (ya no sabemos cuándo) hayamos superado la pandemia gracias a la vacunas, entonces el otro virus, el de la corrupción seguirá vivito y coleando, propagándose en las instituciones públicas entre funcionarios y proveedores, porque para ese virus no tenemos vacuna porque parece que en esta sociedad es parte de nuestro ADN.