El saber que de manera irregular el vacado expresidente de la República Martín Vizcarra habría sido vacunado contra el Covid-19 cuando miles de peruanos perdían la vida a causa de esta enfermedad ha causado la indignación generalizada no solo de diversos sectores políticos y sanitarios, sino de un gran sector de la población que ve en este acto una traición y una falta de honestidad y transparencia por parte de Vizcarra.
Lo que resulta siendo incluso más indignante es la respuesta que Vizcarra ha querido soltar para intentar salir bien librado, tratando de hacer creer a los peruanos que en un acto valiente fue parte de los 12,000 peruanos que formaron parte de los ensayos clínicos de la vacuna de Sinopharm en el país, bueno, él y su esposa, pues no debemos olvidar que la vacuna no solo le fue aplicada a Vizcarra sino también a su cónyuge.
Poco a poco se van esclareciendo más hechos y las mentiras de Vizcarra una vez más se caen a pedazos, pues muchos de los involucrados lo van desmintiendo, por ejemplo, el Dr Málaga declaró que fue conminado por Vizcarra a vacunarlo en el propio Palacio de Gobierno; funcionarios del Instituto Nacional de Salud han confirmado que no existen registro alguno de Vizcarra como voluntario de los ensayos clínicos, mientras que el expremier Walter Martos negó haber tenido conocimiento de la irregular vacunación de Vizcarra; finalmente todas las versiones del expresidente no tienen ni pies n cabeza.
Si aún así todavía hay personas que le creen al expresidente, pues están en su derecho, total en este país muchas personas siguen al lado de quienes les hacen daño, y los electores no aprenden eligiendo a personas corruptas en las elecciones, cada quien es libre se creer en mentiras, pero lo que sí está claro es que lo hecho por Vizcarra es una vergüenza que nos pone un claro ejemplo sobre que es “permanente incapacidad moral”, por si aún teníamos dudas.