Las últimas restricciones impuestas por el gobierno de Francisco Sagasti de prohibir durante dos semanas (con posibilidad de ampliarse) el ingreso de vuelos procedentes de Europa y la obligatoriedad de toda persona que ingrese al país desde el 4 de enero de cumplir una cuarentena de catorce días no hace más que sepultar cualquier intento de que turistas extranjeros puedan llegar al país a conocer nuestros atractivos.
Bajo este escenario solo queda el turismo nacional y local como único mercado capaz de visitar Cusco, sin embargo, este segmento del turismo es insuficiente para poder generar la reactivación de este sector poniendo en una situación muy difícil a los emprendimientos e inversores que empezaban a ver el crecimiento de esta actividad, sobre todo a partir de este año con la llegada de turistas extranjeros al país.
Si a esto sumamos la siempre latente posibilidad de que las medidas restrictivas de tránsito de las personas pueda incrementarse tal como lo viene pidiendo el Colegio Médico del Perú, el panorama se hace más complicado y la situación se complica más aún si al frente de nuestra región se encuentran autoridades que no presentan planes alternativos para poder reactivar nuestra economía, más allá del plan de “redención turística” no hemos visto ni conocido ninguna otra propuesta que nos permita encontrar un sendero para reactivar nuestra economía y convertirse en una alternativa para los miles de cusqueños dedicados al turismo que han visto perder sus empleos.
El 2021 será un año muy complicado, no sabemos cuándo tendremos vacunas, la nueva cepa del coronavirus amenaza con llegar al país y en ese escenario uno de los sectores que más va a ver complicada su situación es el sector turismo, uno de los pilares de nuestra economía, hoy convertido en uno de los sectores que se encuentra agonizando y sin alternativas de solución.