No se puede negar la importancia de la llegada de las vacunas a nuestro país. Tras la muerte de tantos amigos y familiares, tras miles de familias que pugnaron y rogaron por atención médica sin éxito y tras millones de familias peruanas enlutadas, la llegada del primer lote de la vacuna nos conmueve y se convierte en un potente aliciente emocional que nos motiva a mantener cierto grado de esperanza, a resistir un poco más, a seguir viviendo. La emoción, el llanto y sobre todo la esperanza que miles de peruanos sintieron al ver las primeras imágenes de las vacunas en suelo nacional, expresaron muy bien el destello de luz que significa este primer lote de vacunas para salir de la larga noche.
Sin embargo, esta primera emoción no tiene por qué opacar nuestra lectura política sobre lo que está pasando en nuestro país. Así que empecemos por algunos apuntes en torno a la llegada de la vacuna. En principio, la tardía llegada de la vacuna expresa claramente la incapacidad burocrática pero también la desidia de los gobiernos que gozamos a lo largo de la pandemia. La bola de mentiras de Vizcarra fue creciendo con la crisis del golpista Merino y la lenta operacionalidad de Sagasti. Y se hizo una avalancha cuando nos enteramos que la demora de las vacunas se debió a que el Estado confió a un grupo de empresarios para que se encarguen del traslado de las vacunas. O sea, nuestro Estado fue incapaz de contratar un vuelo privado para traer las vacunas ¡Así como lo lee! Y el gobierno de Sagasti prefirió ceder esa importante tarea a la empresa privada ¿Por qué razón se tomó esa decisión? Será motivo de investigación y juzgamiento porque ese nivel de abandono del Estado no se ha visto en América Latina.
Pero la desidia burocrática no acaba ahí. Surge la pregunta de por qué solo llegaron 300 mil dosis y no el millón de vacunas que supuestamente ya estaba en los almacenes listos para abordar el avión desde finales de enero. Y todo indica que Sinopharm no iba a cumplir con el millón de dosis que iban a llegar hoy, 09 de febrero. Por lo que, para evitar más ridículo, Sagasti presionó para que por lo menos llegue una primera entrega. ¡Un nivel de improvisación increíble! Más aun porque Sagasti, en estos momentos -según los anuncios de gobierno del día de ayer-, ya se debió vacunar ¿Cómo?, o sea ¿solo tenemos vacunas para 150mil peruanos que enfrentan a la Covid19 en primera línea y el presidente será uno de los primeros en vacunarse? ¡Increíble! No alcanzan vacunas para el personal de salud, pero el presidente se vacuna ¡De locos! Así somos el “milagro peruano” y queremos ser país OCDE. ¡Ja!