Esta semana cumplimos 10 meses de una convivencia nada agradable con el Covid-19, donde la desazón, frustración y miedo fueron los indicadores que superaron coyunturalmente a la corrupción e inseguridad ciudadana. Estos meses también se evidenció que nuestro país se encuentra sumergido en una grave crisis, y no sólo nos referimos a la crisis sanitaria, social y política, sino estamos en los atisbos de una crisis económica que se va configurando progresivamente a medida que pasan los meses.
Un ejemplo de los tantos que se podría tomar es el incremento del balón de 10 kilos de gas, que durante el año 2020 experimentó ligeros incrementos, sin embargo, a finales del pasado año e inicios del 2021, el incremento del balón de gas fue alarmante.
Si hace unos años se veía en las redes flyers sobre como el Perú tiene el gas más caro de América Latina, y algunos lo tomaba en broma, a otros les generaba indignación, y a otros les resultaba algo alejado de la realidad. Este año, el del bicentenario de nuestra independencia, nos consagramos como el país que tiene el precio de balón de gas más caro de América Latina, entre S/ 39 a S/ 45 soles. Irónicamente, somos unos de los productores más importantes de gas, y si nos focalizamos en el Perú, la región Cusco de donde se sustrae el gas, la comparación es insultante, sus precios superan los S/ 50 soles en Camisea.
Algo marcha mal. Esta subida de precios genera un problema en la economía de los hogares. Recordemos que el 83,4% de los hogares del país utiliza gas para preparar los alimentos, y la gran mayoría de negocios como restaurantes, también usan gas. Por lo tanto, los precios de los productos finales, como un menú se incrementará en el mediano plazo. Pero paralelamente los ingresos de la mayoría de los peruanos tienden a estar congelados, es más, en algunos casos, muchos empleadores por la coyuntura y la alicaída economía bajaron los sueldos; ni que hablar de los 6 millones de desempleos generados por la pandemia, producto a los desaciertos de la reactivación económica. La generación de nuevos puestos de trabajo va a pasos de tortuga.
En esta coyuntura del bicentenario, la economía se contraerá, y se acentuarán las brechas de desigualdad. El incremento del gas, es una pequeña muestra que el actual gobierno no dará salidas a los problemas, y pasará la papa caliente al gobierno entrante.