No será un año fácil, será un año muy complicado para todos los peruanos, quienes deberemos tratar de levantarnos luego del terrible 2020 que por efectos de la pandemia del Covid-19 les costó la vida a más de 80,000 peruanos y en el que millones se quedaron sin trabajo viendo desplomarse el esfuerzo acumulado durante años. Todos hemos perdido algo el 2020 pero a pesar de los buenos deseos y energías positivas que pretendamos enviar a cada uno de ustedes, sabemos que este año será muy complicado y requerirá de cada uno de nosotros mucha fuerza y resistencia.
Por lo pronto no tendremos vacunas masivas lo cual nos hace muy vulnerables a una segunda ola de Covid-19 y al dilema entre la salud y la economía, mientras que a diario la cifra de hospitalizados sobre todo en camas UCI continúa es ascenso, lamentablemente porque no tenemos ni la cuarta parte de las 5,000 camas UCI que Martín Vizcarra ofreció.
Las fronteras se vuelven a cerrar paulatinamente, por ahora no hay vuelos de Europa y toda persona que ingrese al país deberá hacer una cuarentena de 14 días. Con esta medida la posibilidad del retorno gradual del turismo extranjero al país queda prácticamente descartado por buen tiempo.
En medio de este panorama, el Estado también enfrenta una crisis pues ya son tres los muertos en los enfrentamientos con los agricultores en el norte del país, y no es un secreto que en las entidades públicas se anuncia una reducción de 25% en las planillas de personal contratado. Pueden hablarnos de cifras macroeconómicas de crecimiento pero todos sabemos que la situación es muy difícil y el panorama sombrío para los ciudadanos de a pie.
Solo nos queda resistir, seguir sobreviviendo, mientras vemos a un Estado ineficiente e incapaz de siquiera vacunar al personal de salud, cuando otros países ya iniciaron con este proceso.