Muchos de nosotros por diversos motivos y circunstancias de la vida, hemos ido tratando con diversas personas y personalidades, particularmente pude observar que algunas de ellas han ido en ascenso dentro de su vida laboral y sobre todo política (bien por ellos), tal fue su cambio que a mayor ascenso sus actitudes y conductas también cambiaron, sobre todo de aquellos que comenzaron a desempeñar un cargo político, su actitud ya no era la misma frente a sus compañeros de trabajo e incluso amistades, comenzaron a menospreciar las opiniones de los demás, importaba e imponían solo la suya, creían tener siempre la razón y lo peor de todo es que mientras mas ascendían, su conducta y actitud empeoraba, algo así como a mayor poder, menores cualidades, es lamentable que muchas personas dentro de sus ambiciones y en su ascenso al poder sobre todo político, pierdan la humildad y hasta la cordura, craso error, pues créanme que se ve ridículo y no se les escucha nada bien cuando dicen entonadamente y con arrogancia “tu no sabes quien soy, no sabes con quien te estas metiendo, hare escarnio de ti, bla, bla y mas bla”, empeorando la situación cuando ya recurren a sus generaciones para dar cuenta de quienes son porque merito propio no tienen. Cuestionándome sobre estas conductas y actitudes ya bastante comunes hoy en día, sobre todo cuando de pedir algo se trata, di con el Síndrome de Hubris, así es, pues si andas recordando a donde vas quien eres, lo que haces y dejas de hacer, sobre todo poniendo en evidencia tu arrogancia por el cargo momentáneo que ostentes, es probable que padezcas de este síndrome. “El síndrome de hubris es la enfermedad de los que creen saberlo todo”; existe estudios neurológicos que dan cuenta que el término “síndrome de hubris” se usa “para describir a los mandatarios que creen estar llamados a realizar grandes obras; muestran tendencia a la grandiosidad y la omnipotencia y son incapaces de escuchar, mostrándose impermeables a las críticas”, asegurando a su vez que este, “afecta el cerebro ante la exposición prolongada a círculos de poder”, definiéndose en conclusión como una “perturbación”. Habiendo obtenido una respuesta clara a mi duda luego de una larga lectura, ya se que debo hacer la próxima vez que me tope con una persona perturbada o bueno una que padezca de este síndrome