En el Perú, los más de cuatro millones de adultos mayores de 60 años comenzarán a ser vacunados en la fase 2 de este proceso nacional, pese a ser la población con la más alta tasa de letalidad a causa de la COVID-19. Eso quiere decir que su inmunización será posterior a la del personal de salud, policial, militar, de limpieza o a la de los miembros de mesa.
Ante esta situación, tanto la sociedad civil como la Defensoría del Pueblo demandan que los adultos mayores sean incluidos en la primera fase del plan nacional de vacunación, aunque sea solo un porcentaje y de manera gradual. “Inmediatamente después de que se culmine con la vacunación a todo el personal de salud, se puede iniciar con una fracción de adultos mayores, los más vulnerables. No se puede desconocer su riesgo”, refiere la adjunta para la Administración Estatal de la Defensoría, Alicia Abanto.
Para ello, y dada la escasez de vacunas, plantea como alternativa que se utilice solo una parte de las dosis y se comience con los adultos mayores priorizados para que, luego, en la segunda fase completen los cuatro millones. “Se podría iniciar con los que están en situación de abandono o los que viven en residencias de ancianos. No son muchos. También se podría empezar con los que se dedican al comercio en mercados”.