Hacer un resumen de la crisis política de estas últimas semanas, es complicado, pero podemos destacar un echo sumario que no deja de ser preocupante, el pensar que en esta crisis política de conflictos entre el congreso y el ejecutivo ganó la democracia. La vacancia contra el Presidente Vizcarra fracasó, el complot golpista fue fallido, un sector de la derecha salta de alegría, otro sector de la izquierda se regocija. Pero quién gana realmente, muchos dicen que la democracia y se amparan en argumentos constitucionalistas, otros mediatizados por los medios de comunicación y sus voceros, dicen a voz en coro: “que los juzguen después de su mandato, que lo dejen gobernar”.
Pero cuando hablamos de democracia, nos referimos un poder que lo tiene en conjunto la ciudadanía, que a su vez es libre y los ciudadanos iguales, otros definen la democracia como un tipo de gobierno donde el poder es ejercido por el pueblo mediante mecanismos legítimos de participación en las decisiones políticas. Pero el discurso mediático nos dice que la No Vacancia es democrática, insinuando que ganamos todos. Pero eso es una farsa.
Las condiciones de la mayoría de peruanos son peores que antes, producto de la pandemia, el precario sistema de salud y un modelo económico que desde hace años hace agua. Actualmente son 6 millones los desempleados, son 3 millones los nuevos pobres producto de esta coyuntura, el hambre rebrota en las periferias urbanas y en los diversos sectores que fueron golpeados por el covid-19 además de un gobierno incompetente y con serias señas de corrupción, es difícil que la población se sienta representada por este gobierno, por este congreso, por esta democracia. El presidente ha obstruido la justicia, ha cometido actos de corrupción no sólo por el caso del impresentable Richard Swing y toda la red de testaferros que se articuló alrededor de su gobierno, esto sólo es la punta del iceberg, no olvidemos los negociazos existentes en torno al aeropuerto de Chinchero, la reactivación económica de unos cuantos, las tablets que nunca llegaron a miles de estudiantes, el incremento de la anemia, las 60 mil muertes por covid, la falta de voluntad por una reforma tributaria, universitaria y del Sistema de Justicia. Sin mencionar que este gobierno apostó por desembolsar 140 millones de soles en pagos a la prensa, así como el favoritismo a las clínicas privadas que en la crisis sanitaria salieron más que beneficiadas, y ni que hablar de las farmacias que sin control y regulación siguen especulando y haciendo de las suyas a costa de la población. Si esto es democracia, no tenemos nada que celebrar.