En medio de una innecesaria ceremonia y sin respetar el distanciamiento social, una vez más, los cusqueños fuimos testigos de una ceremonia en la que se inició la obra de la Vía Expresa, esta vez por parte del consorcio chino que ganó la licitación de la obra.
Esperemos que ahora sí de una vez por todas los cusqueños para el 2023 tengamos esta ansiada obra y que no suceda lo mismo que con la vía de evitamiento o el hospital Antonio Lorena, tenemos amargas experiencias y ya hemos visto muchas veces como la mistura, las flores, la banda de músicos ponen el toque colorido, pero a los días, semanas y meses, los avances no son los esperados y aparecen las adendas, adicionales de obras y mejor dejamos de contar pues tendremos amargos recuerdos.
Por eso es importante que más a llá de la fanfarria los cronogramas se hagan publicos y que al menos trimestralmente se compartan los avances de la obra, para que la sociedad civil pueda hacerle seguimiento.
Por ahora, lo mejor es darle el beneficio de la duda a nuestras autoridades, aunque mucho no han hecho para ganarse ese beneficio, y también al consorcio chino que ha recibido un terreno saneado y no hay nada que les impida avanzar con los trabajos.
Finalmente después de tantos años, de tanta corrupción que hubo en medio, de tanta ineficiendia por parte de quienes tuvieron en sus manos la posibilidad de acelerar los trabajos y el engorroso papeleo que alargo año tras año el inicio de esta obras, después de tanto perjuicio para los vecinos de la zona y para el Cusco en general, no hay héroes ni genios, lo que hay son funcionarios públicos que deben cumplir su labor, la cual es la de fiscalizar los avances de la obra y mantenernos informados.
Estamos cansados de ceremonias, de palabras, de abrazos, de lindos discursos, lo que ahora necesitamos son resultados y estaremos vigilantes.