Se llamaba Jorge Muñoz Jiménez, tenía 19 años y el día de ayer salió a protestar contras las injustas e inhumanas condiciones en las que miles de peruanos trabajan en el “exitoso” sector agro exportador de nuestro país. Al medio día fue alcanzado por un perdigón en la cabeza que le produjo la muerte, cuando la policía buscaba dispersar las manifestaciones que tienen paralizado al norte del país hace más de tres días.
Con esta son tres las víctimas, todas jóvenes, que los peruanos tenemos que lamentar, las tres a manos de la policía, las tres luchando por intentar cambiar las cosas en el Perú, por luchar contra las injusticias de este sistema que legaliza la explotación laboral por sobre la dignidad del ser humano.
Sin embargo, en los medios de comunicación, el nombre de Jorge Muñoz Jiménez no suena, no tiene la misma cobertura que los sucesos del 14 de noviembre, no encontramos la misma indignación de aquellos políticos que se mostraron tan activos en las marchas de la generación bicentenario.
En medio de esta nueva muerte, otra vez, el papel de la Policía Nacional del Perú queda nuevamente en medio del tintero. No es posible que después de lamentar la pérdida de Bryan Pintado e Inti Sotelo, nuevamente un joven haya tenido que perder la vida, nuevamente protestando y nuevamente por un disparo de perdigón que le ha impactado en la cabeza.
Mientras tanto, desde las altas esferas del gobierno no se plantea ninguna solución, solo el mensaje de la premier Bermúdez que anuncia una nueva ley agraria debido a que la actual permite condiciones de explotación.
Las protestas en el norte continúan, en el centro se anuncia el bloqueo de la carretera central y en el sur los pobladores de Challhuahuacho están en su cuarto día de protestas, en medio de esta crisis, no tenemos ningún mensaje del presidente Sagasti, por lo visto, el agro no es parte de su agenda.