Ha transcurrido el mes de enero y poco a poco nos vamos acercando a la fecha de las elecciones generales del 11 de abril de 2021, fecha que hasta el momento ha sido declarada inamovible pata dichos comicios por el presidente Francisco Sagasti y por el presidente del Jurado Nacional de Elecciones.
Sin embargo, esta no es una campaña como las que estamos acostumbrados a vivir en anteriores elecciones, vemos muy pocas pintas en las calles, muy pocas bambalinas, nuestros oídos están descansando de los parlantes, de las bandas de músicos y de todo el barullo que suelen generar los candidatos cuando salen a hacer “campaña” a mercados, plazas y ferias, al menos hasta fines del mes de enero,ese es el panorama.
Se supone que las condiciones que vive el país deben obligar a los candidatos a utilizar las redes sociales y plataformas digitales para hacer llegar sus propuesta al electorado, pero ahí radica el principal problema de este proceso electoral, pues hasta la fecha y sin temor a equivocarme no hemos escuchado ninguna propuesta por parte de los más de 100 candidatos que pretenden llegar al Congreso representando al Cusco.
Nada de nada, más allá de los retóricos discursos de algunos de ellos, que nos hablan de luchar contra la corrupción, de priorizar la salud y la educación, de un poco más y dar la vida por nuestra tierra, solo que cuando son elegidos se olvidan de esa tierra por la que ofrecen derramar su sangre y empiezan a obedecer a otros intereses.
Quizá esto sea efecto de lo que están viendo por parte de Georfe Forsyth, candidato que viene encabezando las encuestas a nivel nacional, pero que no da declaraciones ni brinda entrevistas y en medio del silencio y esporádicos viajes al interior del país, se mantiene firme en el primer lugar.
Al parecer muchos candidatos han entendido que callados se ayudan más y que el silencio es una de sus mejores armas .