El número de contagiados con Covid-19 crece a diario en nuestro país y en nuestra región, entonces, surgen desde distintos sectores nuevamente las voces de que podamos volver a una cuarentena estricta, como sucedió entre marzo y junio del año pasado.
Al respecto la posición del gobierno parecer ser que esta sería una decisión que se tomaría solamente si la situación se pone extrema, aunque no quisieron indicar ni el presidente, ni la ministra de Salud, ni la premier, que se entiende por “situación extrema” ya que en estos momentos la ocupabilidad de camas UCI se acerca al 90%.
Lo que ocurre es que luego de la catastrófica caída del PBI el año 2020 debido a la paralización de la economía, al parecer el gobierno no está dispuesto a decretar un nuevo confinamiento ni a retroceder en las fases de la reactivación económica.
Es que el razonamiento parece ser simple, si con medidas absolutamente estrictas y con una paralización total de la economía fuimos incapaces de detener el crecimiento exponencial de esta enfermedad, qué sentido tendría que nuevamente entremos a un confinamiento ya que por lo visto el virus se expandirá de todas maneras, debido a que una economía informal como la nuestra no puede soportar que se cierre nuevamente a las personas.
Por este motivo, parece que las medidas que se tomen serán menos drásticas pues cualquier decisión radical a la larga no tendría mayores efectos.
Esperemos que el gobierno entienda que a la pandemia no se la vence encerrando a las personas sino vacunándolas y fortaleciendo el sistema de salud, pues no es posible que pasado casi un año desde el inicio de esta pandemia, no tengamos ni siquiera las 2,000 camas UCI que anunció el gobierno de Martín Vizcarra, y ahí radica el problema de fondo, pues parece que en muchos meses aprendimos muy poco como Estado.