Vivimos momentos muy complicados y nos vamos a referir solamente a la pandemia por el Covid-19 (que además es bueno mencionar que estos días el número de fallecidos en Cusco ha disminuido) sino a la grave crisis económica que viene golpeado el bolsillo de los cusqueños.
El primer punto que venimos resaltando hace varios días es el incremento en el precio del balón de gas, el cual se ha incrementado llegando a estar su precio cercano a los cincuenta soles sin que nadie pueda hacer nada, al respecto, los distribuidores de gas en nuestra región el día de hoy realizarán una paralización en protesta a este incremento de precios que según manifiestan no se debe a una decisión de ellos, sino que el precio se ha incrementado desde las empresas que destilan y producen este elemento, pero este tema no está en agenda de nadie, solo de los bolsillos de los consumidores que ven afectados sus presupuestos.
Por otra parte, el precio del dólar se sigue incrementando, llegando a cotizarse en S/3,64, lo que a su vez genera el incremento en el precio de artefactos, vehículos y del combustible, al respecto, a la fecha el Banco Central de Reserva no ha tomado ninguna acción para disminuir este crecimiento en el precio de la moneda extranjera.
También están los conflictos sociales, el reciente paro de 24 horas en la provincia de Acomayo, los conflictos a punto de reactivarse en el corredor minero del Sur, las irresueltas demandas en la mesa de diálogo con las empresas ferroviarias, los inminentes conflictos legales que se avecinan en relación a la ruta Hiram BIngham y la anunciada licitación por parte de la Municipalidad de Urubamba además de las constantes marchas de diversos trabajadores que han sido despedidos en plena pandemia y que buscan ser repuestos en la Unsaac, Cosituc y otras entidades.
Si a esto le sumamos, la indecisión del gobierno y la amenaza de un nuevo encierro por el aumento de casos de Covid.19, lo único que nos queda decir es que la población se encuentra desamparada.