Qué pasaría si las personas que tienen vehículos se acostumbrarían a no querer llegar al Centro Histórico de la ciudad en sus automóviles y se acostumbraran a dejarlos en calles a su alrededor y aprendieran a tomar transporte público para acceder al centro de la ciudad.
Qué pasaría si pensáramos en el bienestar de todos, de nuestro patrimonio y no en la comodidad de querer llegar con nuestros autos hasta la puerta de donde queremos ir y luego estacionarlo horas por horas.
Qué pasaría si empezáramos a usar bicicletas para transportarnos, si usáramos más las ciclovías y entendiéramos que hay cosas más importantes que la comodidad de llegar con mi carro a contaminar el ya tugurizado Centro Histórico de la ciudad.
Qué pasaría si el alcalde Boluarte se pusiera a pensar en peatonalizar el centro, de realizar gestiones para que las instituciones públicas e instituciones educativas empiecen a trasladar sus locales y descentralizarlos para no generar el flujo de movimiento de miles de personas que a diario se trasladan al Centro Histórico.
Pero en lugar de pensar en soluciones y cambios de hábito, el alcalde Boluarte no ha tenido mejor idea que convertir el centro de la ciudad, declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad que convertirlo en un gran estacionamiento con señalización invasiva.
Una vez más asistimos a una lamentable situación donde no existe una política orientada ni consensuada para proteger nuestro patrimonio cultural, sino se opta por las salidas más simple.
Algo se había avanzado en la gestión de Carlos Moscoso cuando se debatió la peatonalización de la plaza Mayor, el uso de ciclo vías y planes de movilidad, ahora no tenemos nada, todo ha retrocedido y la gran política de protección del patrimonio y la calidad de vida de los cusqueños se reduce a: “Te cobro por hora y no estaciones más de tres horas” Terrible.