La desigualdad afecta las vidas de las personas, porque existe una falta de equilibrio entre las personas expresada en la desigualdad social, económica, legal, educativa o de género. Un factor que alimenta la desigualdad es la pobreza, y mientras ésta se mantenga, será un obstáculo para el desarrollo del país.
En nuestro país, si nos referimos a los ingresos, en estos últimos 30 años no existió un cambio sustancial en su distribución. La brecha de ingresos, no ha cambiado, a pesar del crecimiento económico que generado en estas décadas. Esto lo podemos verificar en el índice Gini (que mide la desigualdad de ingresos) que muestra que en 10 años existió un irrisorio cambio de 0.47 en el año 2008, al 0.44 el 2018, algo que no tiene precedentes si lo comparamos con el crecimiento del PBI en esa misma etapa. Eso demuestra que la distribución de los ingreso y por ende de la riqueza fue desigual.
En el mismo sentido, si observamos el mercado laboral, la informalidad y la precariedad laboral desde el año 2018, se contrajeran, imposibilitando el empleo e ingresos a miles de familias. En esta coyuntura de pandemia, la contracción fue de 13% a nivel nacional, generando inequidad y desigualdad. Esta coyuntura es producto de los últimos gobiernos que priorizan la mitigación de la inflación a través del Banco Central de Reserva, pero en relación a la desocupación y desempleo de millones de peruanos no asumen ninguna acción, a diferencia de otros países, como en EEUU, donde la Reserva Federal (el símil del BCR) prioriza intervenciones para mitigar la inflación y el desempleo.
Otro factor generador de desigualdad es el rol subsidiario del Estado, al no poder realizar actividad empresarial, salvo excepciones y por razones de alto interés público, siendo sólo un medio de control de la competencia y de control de dominio del sector privado, que no participa en el mercado si no le resulta rentable. Pero si observamos otros países, veremos que nuestros gobernantes aplicaron el modelo económico de forma extremista, dado que grandes empresas estratégicas son público privadas en Chile, Brasil Argentina o en los EEUU.
La desigualdad obstruye el crecimiento, el desarrollo y la sostenibilidad de un país, y por ende promueve la inequidad social. No es casual que en este proceso electoral un 86% de las personas, entre opiniones moderadas y radicales, según la última encuesta de IPSOS, señalan que se debe haber cambios en el modelo económico. ¿Usted qué opina?