Desde mediados del año 2016 venimos experimentando una serie de inconvenientes y remesones políticos, teniendo como principales protagonistas y responsables al Ejecutivo y el Legislativo, sus constantes conflictos nos generaron una seria inestabilidad política y económica que decantó en cuestionamientos de todo tipo sobre todo, cuando aún venimos afrontando los terribles efectos de la pandemia, pues todos nosotros muy a nuestro estilo en lugar de comenzar a asumir responsabilidad desde nuestras posiciones solo buscamos asistencialismo por parte del estado y a su vez lo culpamos de todo lo malo que nos pasa y si se trata de hablar mal, tenemos diversos temas de conversación y estos días está de moda culpar al Presidente interino, tildándolo de incapaz y lapidándolo luego de que afirmara que aún no tenemos fecha para la llegada de la vacuna contra el Covid 19. Al parecer hemos olvidado que, durante este periodo en cuestión, ya tenemos al cuarto presidente y dos congresos ¿Qué acaso eso no nos dice nada? No dejamos trabajar, nos quejamos de todo, nos quejamos de la delincuencia y de la falta de seguridad en las calles y el estado ya tiene destinado a más de 50 mil integrantes de las Fuerzas Armadas para que refuerce a la Policía Nacional para el control de aforo en los locales comerciales para las fiestas navideñas y de fin de año (todo con el objeto de prevenir contagios de coronavirus), así es, efectivos policiales y de las fuerzas armadas para el “control de aforo” no para combatir la delincuencia sino para que nos controlen y cuiden que no andemos pegados cuando hagamos nuestras compras navideñas, ¿y que viene luego?, una vez más el colapso del ya colapsado sector de salud, de quien también nos quejaremos por que fue más importante la necesidad de salir de compras y que en los hospitales no se ocuparan por tener disponibles más cama en UCI para cuando nos enfermemos, no tenemos dinero decimos, sin embargo, si de comprar se trata y encima con “dinero a futuro”, reventamos la tarjeta de crédito, para luego quejarnos de las largas colas de los bancos y sus abusos en el cobro de intereses, buscando refinanciar nuestras deudas o lo que fuera conveniente. Hemos perdido la cordura y estamos perdiendo muchas cosas más, siempre es bueno recordar que, todos nosotros en alguna medida somos culpables de nuestra actual situación y en lugar de quejarnos comencemos a asumir nuestras responsabilidades.