Por: Pablo Grajeda
Cada día se establecen nuevas medidas gubernamentales para controlar la pandemia del COVID-19 en el país, y pareciera que nunca se va a alcanzar el pico o meseta de ella; es más ya se está hablando de un rebrote, que es previsible se pueda dar, con la implementación de una fase 4 de reactivación económica que no tiene soporte ni fundamento epidemiológico. Consideramos que esto ocurre porque el equipo asesor denominado PROSPECTIVA a cometido errores de conocimiento de la realidad, lo que ha hecho patinar infinidad de veces respecto a cuándo se alcanzaba el pico de la pandemia, a no entender que ya existía un sistema de información epidemiológica fortalecida y todo parece indicar que propiciaron un sistema de información paralelo con los resultados ya conocidos, a no entender que el análisis epidemiológico más apropiado es el que se realiza a nivel distrital o de localidad; y no a nivel nacional o regional como se viene haciendo desde el MINSA, a no entender que se debe establecer medidas de control basado en el escenario o fase de pandemia en que se encuentre una unidad geográfica determinada, a no entender que hacer “CUARENTENA CHICHA” que nadie respeta porque se da en un contexto de fase 3 de reactivación económica es cualquier cosa menos cuarentena, entre otros.
Cuarentena es el aislamiento de personas durante un período de tiempo no específico como método para evitar o limitar el riesgo de que se extienda una enfermedad. Entonces, hacer una “Cuarentena focalizada” con una movilización poblacional similar a las semanas previas, es una “Cuarentena Chicha”, por tanto es previsible que no se tendrá los resultados esperados de esta medida sanitaria apropiadamente aplicada, más aun si ya colapso nuestro sistema hospitalario. Hay que recordar que no habrá reactivación económica sino hay control de la pandemia, que la vida y salud de la población esta primero.
Durante todo este tiempo hay un equipo asesor que no ha cumplido su función y debieran ser dejados de lado, y esto sería explicable porque en gran medida los miembros del equipo Prospectiva han fracasado; si bien es cierto serian reconocidos profesores universitarios con grados académicos de magister o doctorados obtenidos de prestigiosas universidades; lo cierto es que en gran medida no son epidemiólogos porque no tienen la formación en esta especialidad, y peor no se les conoce que hayan dirigido o enfrentado con éxito en el campo epidemias como las del cólera, sarampión, bartonelosis, fiebre amarilla, dengue, malaria, entre otros. Más bien los epidemiólogos de campo que tienen toda esa experticia, entendemos así que a nivel central han sido dejados de lado, muchos de ellos actualmente están haciendo labor remota.
Tal vez como nunca es preciso ese dicho popular que dice: “el que sabe hace; el que no, o es docente o asesor”, respecto a que son los especialistas que han sido formados como tal, los que hacen y aplican el conocimiento en y desde la realidad. No hay que olvidar que las maestrías y doctorados son grados académicos que están ligadas a mejorar competencias en la investigación y docencia académica, mas no para tener habilidades y destrezas en alguna rama de la medicina y diversas ciencias en general; más bien las habilidades y destrezas se adquieren cuando se forman los profesionales en una especialidad. Lamentablemente una instancia orgánica como lo es el Centro Nacional de Epidemiologia, Prevención y Control de Enfermedades (CDC-Perú) ha sido desplazada funcionalmente por este equipo de “pseudoepidemiologos” denominado Prospectiva, que a la luz de los resultados ha fracasado estrepitosamente.
También es conocido que la información de morbilidad y mortalidad a nivel del país tiene un sub-registro importante que no permite tomar decisiones apropiadas; así existe diferencias importantes entre los datos que tienen y manejan las regiones de salud respecto a la información con sub-registro que tiene y maneja el nivel central del MINSA, los que entendemos que sirven para la toma de decisiones en salud pública. Se entenderá entonces que el Gobierno Central y el MINSA estarían tomando decisiones inapropiadas con información que tiene sub-registro importante.
Es más, los pasos de una reactivación económica que pide y exige la sociedad, debe estar basado en información apropiada más próxima a la realidad, que sustente los pasos que se deben dar en la reactivación; así entre otros, se hace necesario tener resultados actualizados de estudios de prevalencia del COVID-19 a nivel nacional, que nos muestren la magnitud y extensión del problema, los cuales no se tienen a la fecha a la mano, por tanto se entendería que los pasos de la reactivación económica se estaría dando con la técnica denominada OBC, es decir Ojo de Buen Cubero. Es decir, otra vez la carreta delante de los caballos.
Por lo tanto, se hace necesario implementar Inteligencia Sanitaria, que es el proceso de gestión y análisis de la información por parte del Equipo de Salud, para la toma de decisiones y la ejecución de acciones; y se debiera volver a hacer un trabajo orgánico de manejo de la información y rescatar el personal valioso como los epidemiólogos de campo y los estadísticos del Ministerio de Salud.
Esto implica también que se deje de lado la intención malévola de quienes destrozaron el sistema de información epidemiológica en el país, de querer anexar al Centro Nacional de Epidemiologia, Prevención y Control de Enfermedades (CDC-Perú) como un apéndice del Instituto Nacional de Salud.
Más bien lo que corresponde es, desarrollar el Centro Nacional de Epidemiologia, Prevención y Control de Enfermedades del MINSA (CDC-Perú) como un ente ejecutivo de intervención sanitaria de acuerdo a lo que establece la normatividad legal vigente existente en el país, y cuya propuesta y organización fue resultado o producto de una serie de discusiones a nivel nacional e internacional, con participación de instancias como el Centro de Prevención y Control de Enfermedades de los Estados Unidos de América (CDC-USA), la Organización Panamericana de la Salud, la Cooperación Internacional Koreana, entre otros. Está en manos de la actual Ministra de tomar las decisiones para que el CDC-Perú sea realmente una instancia orgánica que contribuya favorablemente en la salud y desarrollo de la población del país. Mientras tanto solo nos queda decir cómo me dueles Perú.