Para la gran mayoría de la población es parte de nuestra tradición celebrar el año nuevo el primero de enero, pero no en todo el mundo es así. Nosotros nos basamos en el calendario gregoriano. Sin embargo, para 1/3 de la población el año nuevo se celebra en diferentes fechas, para los hindús por ejemplo es el 22 de marzo, el Varsha Pratipada que significa “El comienzo de una nueva era”. Para los iraníes y regiones colindantes, año nuevo es el día de Noruz, el primer día de la primavera. Mientras en China se celebra según el calendario lunisolar, el primer día del primer mes lunar.
El nuevo año, sin importar que día se celebre, sea por cuestiones religiosas y culturales, es una tradición que nos demuestra la dialéctica del tiempo y su estructura intemporal, el constante cambio y la simpleza de que un año se agotó, y producto de este mismo, renacen nuevos tiempos, una renovación y, una esperanza.
Faltan pocos días para dar la bienvenida al 2021, y sin lugar a dudas, así lo espero, así debería de ser, el 2020 será un año diferente que quedará marcado como parte de nuestras pequeñas biografías, que cada uno en soledad, en familia, hemos pasado con dificultades, sorpresas, frustraciones, o no, un año sumamente particular, anecdótico para la gran mayoría.
No tendremos las vacunas, sólo nos queda esperar y todo esto por culpa de nuestros gobernantes, sin mencionar que se generará un mercado negro, sería ilógico pensar lo contrario, tendremos vacunas bambas, como tuvimos pruebas rápidas en clínicas que no tuvieron la debida supervisión del Estado, y solo se dedicaron a lucrar con la salud.
Habrá un trecho más de sorpresas que vendrá el 2021. Como por ejemplo las elecciones presidenciales y congresales. No creo que la crisis política disminuya, y para frustración de muchos la recesión económica crece lentamente, y será una triste realidad para la gran mayoría de peruanos. Hoy nuestros políticos poco hacen para mitigar este problema, más bien se dedican a legislar a espaldas de la gran mayoría, dejando suspendida por ejemplo la ley agraria que podría beneficiar a nuestros hermanos del campo.
Este año nos deja mucho que pensar, si vale la pena o no cambiar la Constitución, reformarla o mantenerla tal como está. Muchos candidatos presidenciales tomarán posición, a favor o en contra, con maquillajes o sin ella. Este año tan jodido, se va, pero pareciera que el 2021 vamos a seguir heredando parte de la crisis política, social, económica.