No es novedad que a todos nos ha tomado por sorpresa la educación virtual, con la cual hemos tenido que innovar de forma obligatoria, de igual modo hemos podido advertir las dudas y reclamos por parte de los padres de familia así como escolares y sobre todo universitarios, recuerdo con claridad que estos reclamos se centraban principalmente en las instituciones particulares para lograr rebajas en las pensiones puesto que, la educación que impartirían no sería la misma, y en definitiva no lo es. En la presente semana en una conocida universidad tuve la oportunidad de ver de manera virtual el examen de grado de un allegado y pude advertir un claro desconocimiento y falta de compromiso por parte de uno de los jurados, quien confundía abiertamente diversos conceptos, dejando en evidencia su falta de conocimiento en la materia que evaluaba, lo que fue aún peor, era el hecho que el graduando no se encontraba en la capacidad de corregir este error, probablemente ni se dio cuenta, por obvios motivos el resultado no fue bueno y era inminente su desaprobación; este hecho llamo mi atención, por lo que busque quien me permitiera acceder una vez más a otro examen de grado y así sumaron unos cuantos, la sorpresa fue triste e ingrata, e incluso entre los comentarios que se vertían entre los observadores era “ese jurado no sabe, se le regalará el título”. Desconozco cuál es el criterio o los filtros por los que deben pasar estos “docentes”, sin embargo, su labor deja mucho que desear y quizá frente a este problema debamos tomar como ejemplo el que ahora La Contraloría General viene implementando con los estudiantes de nivel secundario de diversos colegios públicos de todo el país, quienes forman parte del programa “Auditores Juveniles”, con la finalidad que desempeñen una suerte de veedor escolar que vigile el desarrollo del dictado de clases, de esta forma el MINEDU y la Contraloría General pretenden mejorar el servicio educativo, procurando que sea adecuado y sobre todo se cumpla con las metas y objetivos curriculares; si bien es cierto esto es a nivel escolar y en instituciones públicas, de alguna forma debemos lograr también la adecuada intervención a las Instituciones Privadas, invocando un mejor control por parte de SUNEDU a nivel universitario y probablemente INDECOPI en colegios privados (pues aún no se ha creado una entidad que supervise su nivel de enseñanza), hagamos que valga la pena el reclamo por cada sol que invertimos para recibir educación.