“A Diego: Yo sufrí dos accidentes graves en mi vida, uno fue el tranvía, el otro fuiste tú. Tú eres de lejos el peor”, Frida Kahlo le dedicó estas líneas a Diego Rivera, artista mexicano con quien mantuvo una relación sentimental; según vemos en cartas, testimonios, libros y hasta en la película Frida (2002) dirigida por Julie Taymer, que relata la vida de Frida Kahlo, fue una mujer fuerte, radical y revolucionaria en muchos aspectos de su vida, pero sumergida en una relación tormentosa y nociva con consecuencias graves para ella, sometiéndose al yugo de una persona egoísta, manipuladora, mentirosa y desleal.
En un país con tan altos índices de violencia hacia las mujeres y feminicidios, cometidos en un 80% por la pareja sentimental, conviviente o conyugue (Ministerio Público), hablar sobre cómo amamos y las relaciones de poder dentro de la pareja, es un asunto fundamental. El Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables como parte de sus estrategias comunicacionales de prevención inició la campaña “La violencia se disfraza de amor”, a través de la cual, establece algunos indicadores de alerta para identificar señales de violencia en las relaciones afectivas, como los celos, control, chantaje, manipulación, invasión a la privacidad de redes sociales, entre otras, que generalmente están naturalizadas socialmente, incluso, se confunden como demostraciones de afecto.
Citando a Kate Millet “El amor ha sido el opio de las mujeres, como la religión el de las masas. Mientras nosotras amábamos, los hombres gobernaban”. El feminismo es una apuesta colectiva por los derechos y liberación de las mujeres, pero también implica un proceso individual de empoderamiento en cada una de nosotras, derribar los mitos del amor romántico y estereotipos de género con los que nos socializan es importante para promover la igualdad en el ámbito afectivo y sentimental de nuestras vidas.
Las relaciones no deben ser para siempre, deben durar hasta donde sean sanas. El amor no debe “valer la pena”, en cambio, sí todas las alegrías. Hermana, amiga, mujer, deja de romantizar las relaciones tóxicas y la dependencia emocional, abandona a tu Diego Rivera; el amor propio, brillar por ti misma y asumir la dirección de tu vida, serán las más grandes recompensas, te lo prometo. No necesitamos medias naranjas ni príncipes azules que nos rescaten, estamos completas y somos suficientes.