Por: Adriana Morante Alvarado
Cómo ya es de conocimiento de todos la segunda ola llegó a nuestro país y con ella va arrastrando vidas, cada vez más jóvenes, con este primer pensamiento en cuenta, lo siguiente a analizar sería “¿quién tiene la culpa? “.
Nuestro querido actuar colectivo o como todos lo conocemos como “la cultura del más vivo” impone el evadir responsabilidades, es decir que el peruano de a pie nunca busca reconocer su culpa en primera instancia, en cambio su primera reacción suele ser la de tirarle la bola a alguien más, como si el tirar dedo a alguien que no seas tú te hiciese inmune a las consecuencias.
Pues para el susto de todos San Covid llegó a nuestras vidas a desnudar cada una de nuestras carencias como personas y como sociedad, que si bien desde siempre existieron, éstas fueron fáciles de encubrir tirando dedo en el pasado. Hoy es una realidad completamente diferente, ya que en tu propio rostro podemos ver la irresponsabilidad, como es el caso de los anti vacunas o los anti mascarillas, o de los vacancitos y vacancitas que ignoraron toda medida de restricción para luego ir a una reu privada o en mancha a un viajecito por el simple hecho de que en su naturaleza no se encuentra el auto control.
No confundamos la libertad con el egoísmo, ya que a estas alturas del partido ya los jóvenes no son inmunes, sino que ellos son quienes están muriendo día a día. Y esto no es producto de la marcha (valga la aclaración), esto es producto de las reus o de los privaditos, de los viajes de escapadita al valle, claro porque mientras tú mi querido vacancitos o vacancita te estresabas por estar encerrado todo una año en tu casita con wifi y con comida, miles de ambulantes, de familias trabajadoras, de personal de salud, de policías, de ese señor que te vende las mascarillas, todos ellos no tuvieron opción, todo ellos continuaron arriesgando día con día su vida por un plato de comida.
Así que ya dejemos de creernos los inmunes queridos vacancitos para luego quejarse contra el gobierno por no mantenernos a todos a salvo como si fuese el gobierno el único con la responsabilidad de cuidarnos o por lo menos miren a la gente en la calle sacándose la mugre y pisen tierra, su futuro y su sociedad se los agradecerá.